jueves, agosto 16, 2007

Comsumption Fucktory

Calvarario No. 106
Comsumption Fucktory


Era una aldea de tejados verdes
Flores de ninfas jugueteando en los jardines
Y labios de sol sopeaban sus enaguas
Raíces ductas de retoños minerales


Avanzo y voy nombrando con mis manos
Con las uñas abstractas del presente
Rasco el tiempo pasado en el pan albino del futuro

Anónima resaca...
Como beber la infinidad de un sueño
Y escuchar una canción de limbo dulce en la cuna anegada de misterios
Ahí donde el espíritu descansa pendiendo de la aguja segundera insostenible
Donde se guardan los deseos en diminutas cajas musicales a las que hay que darles cuerda
Para que brillen pulsares de requintos en tus ojos
Esos ojos de alcoba construída con los huesos de hadas y de elfos
O un extraño hacedor que para no aburrirse dormitando con la muerte
Al despertar
Convoca, a fuego lento de las notas, la voz hermana de los dioses y los diablos
Y se alimenta de los frascos que contienen entes en conserva en su salario



Ahora habito una ciudad sin cielo azul ni blanco
De cuencas formas lisas y de brillo rutilante
Que se rasca la roña de resaca singular de tiempo
Con las garras leñadoras de una edad antigua
Y Doce dioses de carne uniformados son su sustento


Yo soy el peatón de aquello que transcurre por los suelos
La voz de caucho cuya piel se muda
Sobre el asfalto de sombras percudido


Avanzo y voy nombrando con mis manos
Polígonos amargos vinagretos
El pollino del leñero ha muerto y su lugar lo ocupa ahora un metálico rebuzno
Que detiene su furia de rutina
Y espera como triste cazador profundo que sus víctimas aborden su omnívora hambre de distancia


Atar ateos a tus torres no te da ningún prestigio
Allí consumo el arte de vivir con miedo
A tus espaldas, en el parque calvario de las consumaciones
Do despréndese en tus cúspides el humo de tus muertos
Proletarios devotos del silencio aplastados por el aire


¿Dónde habitan las niñas que regalan sus besos?
A las 6 ó 7 de la noche esperan cuando salen del trabajo
A espaldas de la Fábrica en el Monte Calvario para Medir tu destino,
Fieles costureras de la piel
Sí que saben planchar las arrugas de tus sueños que remiendan a tu cuerpo parchado de animales dudas

Desnudo es su uniforme de trabajo
Preñada su orfandad es hueca
No retener el hambre y codiciarlo como perros
Es su puesto
Hay oraciones que las deidades etéreas han envasado en epitafios sin dueño

Más nutren la fe en lanzar la prima piedra y esperar que no regrese
Pero la ley de Murphy siempre es implacable

La Fábrica de las Consumaciones está abierta
Tú eres la próxima Vacante
Vulva de voz que ahora buscas tu oráculo en periódicos
Y de acuerdo a tu instinto pretendes encontrarle sentido a lo que has leído
Recuerda que las voces te han abandonado
Ya no procede un vaticinio del infierno, así como el paraíso
Hay un infierno clausurado
Sólo un megáfono en un poste dicta la única verdad que ves apantallada sobre tus mismos ojos


Fuera del parque, habitas en un cementerio vacío llenos de signo en las esquinas
Regresas a la cuna, sueñas edipo que tu madre recoge en sus palmas milagrosas esta pesadilla
Que contraes de día a día

Mambrú se fue a la guerra,
qué dolor, qué dolor, qué pena...
Me he subido a la tumba,
qué dolor, qué dolor, qué tumba,...

En caja de terciopelo arropa su duelo con tapa de cristal
[Para mirarte] (Ves que te mira)
Gritarle (ya) no tiene sentido
Un biberón de etiqueta insertará en tu boca
Ahora duerme y succiona
La blanca sustancia que aliviará la resaca con la que despertarás al otro día.

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