martes, enero 16, 2007

Compro dioses

Compro dioses, dioses usados, de esos de los que nadie quiere ya porque han caducado. No pago mucho por ellos, están en crisis y finjo más bien ser un coleccionista, aunque luego pretenda venderlos. Pues he llegado a la conclusión de que un dios no se vende dos veces, se vende tres, cuatro veces más si le es posible.

Allá en el fondo, aquella almeja guarda a la Belleza, aquel sobre contiene al Mensajero, al heraldo de alados talones. Esa silla vacía que pretende ser un trono contiene al Tonante, mas sólo los expertos pueden presenciar su infraleve energía en el asiento. En esa piedra filosa tengo guardada a la guerra, en aquel gotero, en esa gota suspendida con trompa de delfín contengo al dios del mar y en aquella mortaja vive la muerte.

¿Dioses que abandonan o dioses abandonados? Ellos me reclaman que no los trate como si fueran un corriente amigo imaginario. Pero a eso se han reducido, les contesto y que no puedo invertir más si la Bolsa no apuesta por ellos, si ni siquiera los recuerdan. Porque la Bolsa es el Dios reinante, ya que decide quien o qué se vuelve polvo, o peor, nada.

Ese es mi oficio, corruptor de dioses, mas no un restaurador. Ciudades enteras me han reclamado por habérselos robado, pero no ha sido mi culpa, simplemente estos han decidido irse con el mejor postor, a quien mejores rituales y honores les prometa aunque fuese en un basurero.

Pero como todo inmigrante, los dioses también sufren esa negligencia y el ninguneo de ser una deidad extranjera. Un dios extraño no es más que un dios extraño. Los otros dioses del panteón no lo admitirán tan fácil en su prole, primero debe someterse al tamiz del tiempo y a la urticaria del olvido. Cada cual original es de una sepa, como las bacterias en su propia sopa.

Compro dioses y les doy forma. Compro sombras y aclaro su sustancia. Compro ecos de eras pasadas y memorias pisoteadas en el nombre de un dios... compro... el Tiempo, pero el Tiempo no se me ha vendido. Logré adquirirlo emocionado pero era falso, también hay dioses piratas, de esas achicharradas figurillas de plástico que se compra uno en los tianguis. Me engañaron, pero a un precio tan bajo.

Esta es mi tienda, la de un anticuario posmoderno, llena de extraños objetos para los no expertos, mas llena de dioses para los osados.

Compro dioses en crisis... ¿Tu dios está en crisis? Esta es tu hermosa oportunidad, véndelo o enciérralo entre estas celosías oscuras, en mi panteón de luces y de sombras: esta caja del caos.

1 Comments:

Blogger Lénon Guerrero said...

Diosito Bimbo, yo te invoco!

Jajaja, pues nomas pa saludarte hermano, al parecer presento yo solito el Estero en Hermosillo, esperemos hacer unos ajustes para presentarlo en Maza y Culichis, ya te avisaré con tiempo...

lunes, enero 22, 2007 2:10:00 p.m.  

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